ACOMPAÑADOS POR LA PALABRA

Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

Jn 6, 51-58
Dijo Dios a los judíos: "Yo soy el pan de vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo le daré es mi carne para la vida del mundo". Disputaban entonces los judíos entre sí: "¿Cómo puede este darnos a comer su carne?" Entonces Jesús les dijo: "Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y i sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron. El que come este pan vivirá para siempre».

Palabra de Dios


“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo”.
La Eucaristía, Pan de Vida, es el alimento que nos hace entrar en el Amor de la Trinidad. Es el Pan el que nos conecta, “nos pesca”, para que entremos a formar parte de la comunión de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
La Eucaristía es el alimento para la Vida, para vivir aquí con el horizonte en Dios, para que el banquete de la tierra se aproxime al de la plenitud del Padre Misericordioso y Amante, del Hijo Amado y del Espíritu del Amor.
Y descendiendo un poco a nuestra realidad de cada día o semanal, podríamos preguntarnos: ¿Cómo es mi participación en la Eucaristía? ¿Siento que participo en ese Amor de la Trinidad? ¿Voy a cuidar en verano la celebración de la Palabra y del Pan? Estamos a tiempo para no dejar a Dios en tiempos de vacaciones. Feliz Semana de preparación al Corpus.