miércoles, 6 de abril de 2011

VI  ESTACIÓN

Jesús encuentra a Verónica
Con el salmo 26 decimos:
“Oigo en mi corazón:  ‘Buscad mi rostro’.
 Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro”.

Tú no puedes ocultarnos, Señor, tu rostro, porque te vemos continuamente presente en los sufrientes.
Secar su sudor y su sangre será nuestra vocación. Seremos Iglesia samaritana, al estilo de Verónica, cuando aliviemos el dolor de los que más sufren. Cuando ese dolor quede impregnado no en lienzos externos, sino en lo más interior de nuestra alma. En ese interior que queda tocado no por imágenes, sino por historias concretas de hermanos nuestros que actualizan tu Cruz en el Calvario.



Oración: Señor Jesús, cansado y humillado, varón de dolores y esperanza de los pobres. Déjanos acercarnos a ti como Verónica, permite que te encontremos en el hermano que sufre. No nos dejes caer en la tentación de aligerar el peso de nuestra conciencia con pequeñas acciones aisladas, sino haz que vivamos cada vez más un compromiso mayor con los más arrinconados, humillados y crucificados. Amén.

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